Remedios Varo, nacida en España en el año 1908, fue una de las pintoras más reconocidas en México y el mundo. Influenciada por la magia, la alquimia, los sueños y el Psicoanálisis, logró consolidarse como un referente de la pintura surrealista.
Su exilio en México a finales de 1941 —luego de haber sido arrestada en París y ante la amenaza de la Segunda Guerra Mundial—, marcó el inicio de una larga carrera que dejaría como legado algunas de las obras más emblemáticas del arte moderno y que, actualmente, aún son inspiración para muchos artistas.
Como parte del círculo surrealista europeo, que también influenció fuertemente su arte, mantuvo estrecha amistad con Leonora Carrington, quien se convirtió en su colaboradora y amiga inseparable, compartiendo no solo su amor por el arte, sino también una visión del mundo cargada de simbolismo.
Sus mejores obras —oníricas, metafísicas y fantasiosas— las realizó en la Ciudad de México durante las décadas de 1950 y 1960.
En ese periodo, el auge de las teorías psicoanalíticas de Carl Jung, Gurdjieff y Sigmund Freud permeaba la cultura, sirviendo de inspiración tanto para Varo como para Carrington en el momento de plasmar los universos interiores que habitaban en su imaginación. Descubre cómo se relacionan el arte y el psicoanálisis.
Remedios Varo y el Psicoanálisis
Los temas más recurrentes en las pinturas surrealistas de Remedios Varo incluyen conceptos como el subconsciente, la alquimia, los sueños y el mundo espiritual, de tal forma que, hoy en día, algunos se refieren a ella como “La alquimista del arte”. Es común observar en las obras de Varo, una fuerte influencia de las teorías del Psicoanálisis, jugando con conceptos como la individuación y el inconsciente colectivo.
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La relación de los grandes exponentes del Psicoanálisis —en especial Jung, Freud y Adler— con el arte no resulta sorprendente. Sus principales teorías, que invitaban a explorar el subconsciente, los sueños y el inconsciente como fuente de creatividad, sirvieron de guía para muchos artistas que buscaban la liberación de la mente a través de disciplinas como la pintura y la escritura, tanto como una vía terapéutica, como una fuente de inspiración artística.
De la fusión de estas teorías, lo esotérico y la fantasía de Remedios Varo surgieron muchas de sus grandes obras, entre las que destacan:
- Mujer saliendo del Psicoanalista
- Creación de las aves
- Exploración de las fuentes del río Orinoco

El universo simbólico de Remedios Varo
Las pinturas surrealistas de Remedios Varo y su fuerte relación con el Psicoanálisis y el mundo onírico, llevaron a una construcción del lenguaje artístico de sus obras, donde lo que importa no es lo que se ve, sino lo que no se encuentra a la vista, obligando al espectador a descubrir lo que se oculta a partir de su propia experiencia individual, revelando en cada pintura, un reflejo de sí mismo.
Muchas personas se han preguntado: ¿cuál es la técnica que utiliza Remedios Varo en sus pinturas? Esto, debido a que las atmósferas detalladas y precisas de sus pinturas parecen utilizar una técnica muy especial.
En realidad, la base de todas sus obras es la técnica al óleo, que Varo dominaba con gran maestría. El óleo, que permite trabajar con capas y matices suaves, aporta una sensación de profundidad y misterio a sus pinturas, que refuerzan el carácter onírico y surrealista de su obra. Por otra parte, como ejemplo de esta relación entre arte y Psicoanálisis, es posible analizar tres de las obras más representativas de Remedios Varo desde una perspectiva psicoanalítica.
Mujer saliendo del psicoanalista (1960)
Esta es una de sus obras más emblemáticas. En ella se explora la liberación de una paciente femenina que se desprende de sus traumas y de lo que parece ser una figura patriarcal siendo arrojada a un pozo como signo de desprendimiento. El segundo rostro oculto en sus ropas, representa el inconsciente y la dualidad.
Elementos como un reloj, una llave e hilos dentro de una canasta, son parte de algunos atributos asociados a la feminidad y la representación de algunos miedos, listos para ser lanzados al mismo pozo como parte de su desapego. Esta obra actualmente se exhibe en el Museo de Arte Moderno de México (MAM).
Como dato curioso, el cartel ubicado en la puerta dice “Doctor FJA”, lo cual es un guiño a Freud, Jung y Adler, los pioneros del Psicoanálisis que inspiraron a la artista.
Exploración de las fuentes del río Orinoco (1959)
En esta obra, Varo utiliza la imagen del río como una metáfora del inconsciente. En él, un personaje navega en aguas profundas en búsqueda de una copa de cristal que contiene el mismo líquido que se vacía en el río, lo que podría representar un fragmento de la psique individual.
La escena simboliza un viaje de autodescubrimiento, y adentrarse en el río, la búsqueda por comprender los deseos, miedos y pulsiones que habitan en lo más profundo de nuestra mente.
La creación de las aves (1957)
La creación de las aves, es una obra que hace referencia directa a la alquimia y, al mismo tiempo, retoma parte de la teoría de Freud sobre los sueños y el inconsciente como fuente de creatividad.
En esta escena, el personaje principal transforma sus impulsos internos en símbolos externos: las cuerdas de un instrumento incrustado en su pecho se convierten en la herramienta que da vida a las aves.
De esta manera, la alquimia puede entenderse como un proceso psíquico de sublimación, capaz de convertir pensamientos y emociones en objetos visibles y, en este caso, en seres vivos.

El arte como proceso terapéutico
El uso de símbolos, como los que encontramos en las pinturas de Varo, es fundamental en la psicoterapia. De esta forma se permite que las emociones, deseos y conflictos internos se expresen de manera segura y comprensible.
Cada color, forma o figura puede convertirse en un puente entre el consciente y el inconsciente, facilitando la reflexión, la comprensión y el autodescubrimiento.
Al practicar la pintura u otras formas de expresión artística, se crea un espacio seguro para explorar estos símbolos, potenciando un proceso terapéutico más profundo y significativo.
Conclusión
El arte de Remedios Varo nos recuerda que la pintura no sólo es una expresión artística, sino también un proceso terapéutico capaz de transformar emociones en símbolos y dar forma a lo que habita en el inconsciente.
Tal como ocurre en sus obras, donde lo oculto se convierte en una imagen y traspasa toda barrera hacia un universo tangible, cada persona puede usar el acto de pintar como una vía para liberar pensamientos, explorar emociones y encontrar nuevas perspectivas sobre sí misma.
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