Comprender a fondo qué es un ataque de epilepsia: tipos y síntomas, permite detectar señales de alerta y brindar una respuesta adecuada en caso de emergencia.
Al respecto, el doctor Enrique de Font-Réaulx, neurocirujano y especialista en epilepsia, señala que este padecimiento toca a las personas de diferentes formas. Principalmente, afecta la calidad de vida, ya que representa un evento súbito e inesperado, que afecta las actividades diarias.
¿Qué implica un ataque de epilepsia?
Según Font-Réaulx, también fundador de la iniciativa Versus Epilepsia, las personas que manifiestan episodios de epilepsia y no tienen un buen control sobre el padecimiento, presentan rezagos en su desarrollo en las facetas de su vida.
Por ejemplo, a los pacientes que tienen epilepsia les impide su desarrollo escolar y en muchas escuelas, a los maestros o compañeros les asusta mucho e invitan a los papás a llevarlos a otra escuela. Esto provoca que el niño pueda cursar los estudios de una forma regular, por eso es muy importante que las escuelas sean inclusivas, pero también se entiende, que nadie está muy preparado para enfrentar esto.
Una vez que tiene un retraso escolar, también tiene un retraso económico porque sin estudio, no tienen una buena oportunidad de empleo, lo que a su vez, genera un retraso social, entonces, todo eso se va sumando, cosa que no pasa con otras enfermedades, describe el doctor.

Por su parte el Dr. Orrin Devinsky, director del NYU Comprehensive Epilepsy Center, señala que hay que realizar una clara distinción “una crisis no siempre implica convulsiones evidentes. Muchas personas tienen ausencias o desconexiones breves, que también son formas de epilepsia y suelen pasar desapercibidas.”
Datos impactantes sobre este padecimiento
- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la epilepsia es un trastorno neurológico crónico que afecta a aproximadamente 50 millones de personas en el mundo.
- Se considera que una persona tiene epilepsia cuando presenta dos o más crisis no provocadas con al menos 24 horas de diferencias.
- De acuerdo con Font-Réaulx existe un recuento menor a lo que existe de personas con epilepsia.
- Según la inferencia de estadísticas internacionales, aproximadamente el 1.8 de las personas tienen epilepsia, esto representa una carga aún mayor que el cáncer cérvicouterino o de pulmón.
- 1 de cada 26 personas experimentan una crisis convulsiva durante su vida.
- En México se estima que hay alrededor de 2 millones de personas con epilepsia.
- 1 de cada 100 personas que requieren cirugía de epilepsia son enviadas a un centro de referencia y en el momento que ocurre, aun en países desarrollados, el tiempo de espera es de hasta 18 años.
- Existen pocos países con centros de transferencia, Estados Unidos es uno de los que más tiene con 256 centros.
Epilepsia: definición completa
Un ataque de epilepsia, también conocido como crisis epiléptica, es una alteración repentina y transitoria de la actividad eléctrica del cerebro que genera una respuesta neurológica inusual.
Desde el enfoque médico, un ataque de epilepsia se produce cuando hay una descarga excesiva y anormal de las neuronas corticales. Esta sobreexcitación neuronal provoca que el cerebro envíe señales desorganizadas, generando respuestas físicas o cognitivas descontroladas.
Por lo que respecta a la neumología, especialmente en crisis generalizadas, puede haber interrupciones en el patrón respiratorio. Esto ocurre por espasmos musculares en el tórax o por afectación temporal del control autónomo de la respiración.
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Finalmente, desde el punto de vista psicológico, vivir con epilepsia puede tener un impacto profundo. Las personas con este diagnóstico suelen experimentar ansiedad anticipatoria, miedo al estigma social, pérdida de autonomía y en algunos casos, depresión.

Tipos de epilepsia
Estas pueden manifestarse de distintas formas, dependiendo del área del cerebro afectada y de la causa subyacente. Por eso, los especialistas clasifican la epilepsia en distintos tipos, lo que permite personalizar el diagnóstico y el tratamiento.
Según la International League Against Epilepsy (ILAE), los tipos de epilepsia se dividen principalmente en tres grandes categorías:
Epilepsia focal (parcial)
Es el tipo más común en adultos. Se origina en una zona específica del cerebro (el “foco epiléptico”). Las crisis pueden mantenerse localizadas o propagarse a otras áreas.
Se manifiesta con movimientos involuntarios en una parte del cuerpo, alteraciones visuales o auditivas, sensaciones extrañas, déjà vu o episodios de desconexión.
Ejemplo clínico: Epilepsia del lóbulo temporal, una de las más estudiadas, asociada con experiencias sensoriales intensas y pérdida breve de la conciencia.
Epilepsia generalizada
Afecta ambos hemisferios cerebrales desde el inicio de la crisis. Es más común en niños y adolescentes.
Entre sus principales síntomas destaca, la pérdida total de conciencia, convulsiones tónico-clónicas (sacudidas generalizadas), ausencias (breves desconexiones sin caída), y crisis mioclónicas (sacudidas breves).
Ejemplo clínico: Epilepsia mioclónica juvenil, que suele comenzar en la adolescencia con sacudidas musculares al despertar.
Epilepsia generalizada y focal combinada (tipo desconocido)
Este tipo incluye crisis que no pueden clasificarse con claridad como focales o generalizadas. También abarca casos donde la información clínica o electroencefalográfica es insuficiente.
Por lo anterior, requiere estudios avanzados como video-EEG o neuroimagen funcional.
Además de esta clasificación principal, la ILAE reconoce síndromes epilépticos específicos, como el síndrome de Lennox-Gastaut o el síndrome de Dravet, que tienen características clínicas y genéticas propias.
Tratamientos e intervenciones quirúrgicas
Durante el evento Superhéroes vs Epilepsia, patrocinado por Universidad Humanitas, el neurocirujano Font-Réaulx, aseguró que con las nuevas tecnologías el diagnóstico y tratamiento ha avanzado, “Hoy conocemos mejor el cerebro. Hay mejores instrumentos para estudiarlo”.
Conceptualmente, antes hablábamos de zonas de epilepsia, ahora hablamos de redes y nodos de circuitos eléctricos. Ahora hay herramientas como los circuitos tridimensionales eléctricos y hay estudios de invasión mínima, que permiten detectar de manera oportuna, abunda el especialista.
El tratamiento de la epilepsia incluye medicamentos, cirugía, neuroestimulación y cambios en el estilo de vida, siempre bajo la supervisión de un especialista en neurología.
Especialistas coinciden en que los fármacos antiepilépticos (FAE) son la base del tratamiento. Su objetivo es reducir o eliminar las crisis sin afectar la calidad de vida. Algunos de los más utilizados incluyen levetiracetam, lamotrigina, ácido valproico y carbamazepina. La elección depende del tipo de epilepsia, edad, comorbilidades y posibles efectos secundarios.
Otra de las opciones es la cirugía, que está dirigida para pacientes con epilepsia focal que no responden a los fármacos. El objetivo es extirpar o desconectar el área cerebral que origina las crisis, siempre que no afecte funciones vitales.

Las intervenciones y cirugías más comunes son:
Lobectomía temporal anterior: altamente efectiva para epilepsias del lóbulo temporal.
Cortectomía o resección focal: remueve áreas cerebrales localizadas.
Callosotomía: desconecta los hemisferios para reducir la propagación de crisis severas.
Hemisferectomía funcional: en epilepsias catastróficas infantiles.
Para el fundador de Versus Epilepsia, un método efectivo es la estereoelectroencefalografía, “el cual me tocó introducirlo a México hace tres años, e implica un nivel mínimo de invasión, ya que se pueden introducir electrodos a través de pequeñas perforaciones con una precisión submilimétrica”, explicó.
Para casos no aptos y sin cirugía resectiva, existen alternativas de neuroestimulación, como la estimulación del nervio vago (VNS): dispositivo implantado en el cuello que reduce la frecuencia de crisis; estimulación cerebral profunda (DBS): electrodos en zonas específicas del cerebro que modulan la actividad eléctrica.
A eso se le une la neuroestimulación responsiva (RNS), que detecta y responde a las crisis en tiempo real.
También se recomienda el apoyo psicológico y psicosocial para el manejo del estrés, ansiedad y adaptación a la vida con epilepsia.
Conclusión
Las crisis epilépticas abarcan un espectro amplio de manifestaciones neurológicas, lo que hasta ahora se sabe es que este padecimiento puede manifestarse en forma de movimientos involuntarios, pérdida de conciencia, alteraciones sensoriales o desconexión del entorno, dependiendo del área cerebral afectada.
Conocer más sobre la epilepsia puede marcar una gran diferencia en el diagnóstico, tratamiento y calidad de vida de quienes la enfrentan.
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